jueves, 24 de marzo de 2016

Curse of Strahd: primeras impresiones

Desde el día 15 está disponible Curse of Strahd, la esperadísima campaña de Dungeons & Dragons que nos lleva de regreso al corazón mismo del Semiplano de las Sombras y de su habitante más célebre (o infame): el vampiro Strahd von Zarovich.

 Strahd von Zarovich en toda su mortífera gloria. Entrad libremente...

Curse of Strahd está construido como un sandbox que describe con todo detalle el reino de Barovia y a sus gentes, y los diversos encuentros que los personajes pueden tener mientras recorren la región en busca de las claves que les permitan enfrentarse al vampiro. Hay muchos elementos están sacados del módulo original I6 Ravenloft, de Laura y Tracy Hickman, pero ampliados o combinados con elementos nuevos, de forma que a los jugadores veteranos les resultará familiar pero seguirá representando un reto. Esta ha sido una decisión muy acertada. Ravenloft es un escenario de campaña con mucha historia y Wizards ha sabido aprovecharse de ello en esta nueva encarnación.
La campaña está pensada para jugarla con personajes que empezarán a nivel 3 y terminarán en nivel 10. Si el DM quiere arbitrarla con personajes recién creados puede arbitrar el módulo Death House, que se incluye como anexo,  que sirve tanto para presentar la ambientación como para que los PJs suban a nivel 3.



El diseño de Curse of Strahd ha mantenido elementos característicos del módulo original, como el mapa en perspectiva del castillo Ravenloft. De hecho, el mapa es casi igual al que está en el interior de la cubierta del módulo I6 (podéis ver el original en la reseña que hice hace años). Otra de las marcas de serie del escenario de campaña es el Tarokka, la baraja del destino utilizada por los gitanos Vistani. Curse of Strahd emplea estas cartas para decidir el emplazamiento de objetos así como de algunos encuentros. Al final del libro hay varias hojas con las cartas para que podamos fotocopiarlas y montarnos una baraja si no nos interesa comprar la que Wizards acaba de editar, que se vende por 10 dólares.
Una curiosidad es la peculiar advertencia que incluye el libro:
Disclaimer: Wizards of the Coast cannot be held liable for any long­ term side effects of venturing into the dread realm of Ravenloft, such as lycanthropy, vampirism, a fear of dead things, a fear of living things, an inability to sleep without a nightlight on and a +5 holy avenger under your pillow, and the unsettling suspicion that Strahd is too clever to be so easily defeated and that this is all just part of some grand scheme of his to extend his power beyond Barovia. You didn't think you could escape unless he wanted you to, did you?
(Advertencia: Wizard of the Coast no se hace responsable de ningún efecto secundario a largo plazo causado por aventurarse en el povoroso reino de Ravenloft, como licantropía, vampirismo, miedo a las cosas muertas, miedo a las cosas vivas, incapacidad para dormir sin una luz encendida y con una vengadora sagrada +5 bajo tu almohada, y la inquietante sospecha de que Strahd es demasiado astuto como para derrotarlo tan fácilmente y que todo esto es parte de algún plan maestro suyo para extender su poder más allás de Barovia. ¿No creeríais que podríais escapar excepto si él no quisiera que lo hiciérais, no?).


He leído algunas quejas (minoritarias, todo sea dicho) sobre el aspecto de esta campaña y, para variar, vienen de los grognards. La nostalgia está muy bien y no hay nada malo en que prefieras una u otra encarnación del juego. Lo que esta gente no quiere aceptar es que no estamos en 1980 y que ha pasado el tiempo de los acampanados y de la estética kitsch de película de terror setentera. Los magos no llevan túnicas con estrella y cucuruchos en la cabeza y los vampiros no son Bela Lugosi (que, ya puestos, su estética nacía del poco presupuesto económico y los limitados medios técnicos, pero eso es otro tema). Curse of Strahd no adopta una dirección artística trendy, ni cool, ni hipster (no son palabras mías). Como el resto de esta quinta edición el diseño de producción es impecable y está al nivel de lo que se espera del departamento artístico de la mayor editorial de juegos de rol del mundo. Para los que prefieran vivir en el pasado ahí están DCC y similares. Incluso el trabajo de Clyde Caldwell, el ilustrador que dió vida a buena parte del material de Ravenloft, ha quedado anticuado, y eso no desmerece un ápice su obra.
Curse of Strahd es una campaña excelente para recuperar uno de los escenarios de campaña más populares de D&D. Y lo hace con un tremendo respeto a todo el material original, a la vez que actualiza el mismo para una nueva generación de jugadores. Todo un acierto por parte de Wizards y una compra imprescindible si jugáis a D&D.

3 comentarios:

  1. Hace unos años parecía imposible que Ravenloft volviese algún día. Si, hubo las adaptaciones a tercera de Sword & Sorcery, además del Expedition to Castle Ravenlof... Pero esto ya son palabras mayores.

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  2. Mañana en teoría empezamos a jugarla (dirijo yo). A ver como va la cosa...

    A mi sobre el papel me ha molado un montón, falta ver como reaccionarán los jugadores.

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    Respuestas
    1. A mí me gustaría poder dirigirla este año, pero de momento estoy liado con Delta Green y Star Wars:Edge of the Empire, y en breve empiezo la campaña de juego organizado de La llamada de Cthulhu y Eclipse Phase.
      Este año me toca recuperar mucho tiempo perdido sin jugar.
      *se estresa*

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