Hoy en día damos por sentados muchos elementos que nos ayudan a ambientar nuestras partidas. Cualquiera con un ordenador o un teléfono móvil y una conexión a internet puede disponer de músicacon apenas invertir unos minutos de búsqueda. Pero como bien recordarán los jugadores más veteranos, eso no siempre fue así de sencillo. Cada uno se apañaba con lo que podía: discos de música clásica, bandas sonoras, grupos folk, heavy metal... El problema era como siempre el dinero. O conocías a alguien con acceso a una buena colección de discos o intercambiabas cassettes grabados. Pero sin que muchos lo supieran, en el mercado americano varias compañías habían empezado a lanzar productos específicamente destinados a roleros que buscasen ambientación musical para sus partidas. Una de estas compañías fue Lion Rampant.
Fundada en 1987 por Jonathan Tweet y Mark Rein-Hagen, Lion Rampant pronto se ganaría un nombre con la publicación del mítico Ars Magica. Durante los tres años que estuvo en funcionamiento, la compañía intentó abrir diversas líneas de mercado hasta que la marcha de Jonathan Tweet por una parte y las dificultades económicas por otra la llevaron a fusionarse con los productores de la revista White Wolf Magazine en la que sería una de las editoriales clave en el mundo de los juegos de rol de los años 90: White Wolf.
En sus tres años de vida Lion Rampart produjo varios cassettes de música mezclada con efectos sonidos para ambientar partidas de fantasía. Tras la creación de White Wolf, la nueva compañía siguió distribuyendo el viejo stock para cubrir las pérdidas de Lion Rampart. Desconozco cuántos títulos diferentes se pusieron a la venta, pero algunos llegaron a tiendas españolas. Yo tengo dos cassettes, ambos compuestos por Thor Anderson.
El primero es Melos Caverna, editado en 1989. Como su nombre indica se trata de una cinta para ambientar dungeons naturales, en el que se entremezclan los sonidos de una cueva con una partitura pensada para mantener en tensión a los jugadores. La cinta viene presentada en un blister que contiene la funda de cassette.
El segundo cassette es Bard's Song - Battle Cry., editado en 1990. Pensado para batallas medievales, combina elementos como las trompetas de carga, el ruido del entrechocar las armas o el propio fragor de la batalla con música que va cambiando en función de cómo se desarrolla la misma. Esta cinta está presentada en un blister sencillo de plástico y carece de funda protectora. Como curiosidad, pese a que la cinta lleva el sello de Lion Rampant, el blister ya indica que se trata de un producto de White Wolf.
Quizás los jugadores más jóvenes les extrañe ver esta clase de productos pero para algunos de nosotros forman parte de la historia de los juegos de rol.
Muchas gracias al amigo Fede, que me regaló estos cassettes hace años.
El primero es Melos Caverna, editado en 1989. Como su nombre indica se trata de una cinta para ambientar dungeons naturales, en el que se entremezclan los sonidos de una cueva con una partitura pensada para mantener en tensión a los jugadores. La cinta viene presentada en un blister que contiene la funda de cassette.
El segundo cassette es Bard's Song - Battle Cry., editado en 1990. Pensado para batallas medievales, combina elementos como las trompetas de carga, el ruido del entrechocar las armas o el propio fragor de la batalla con música que va cambiando en función de cómo se desarrolla la misma. Esta cinta está presentada en un blister sencillo de plástico y carece de funda protectora. Como curiosidad, pese a que la cinta lleva el sello de Lion Rampant, el blister ya indica que se trata de un producto de White Wolf.
Quizás los jugadores más jóvenes les extrañe ver esta clase de productos pero para algunos de nosotros forman parte de la historia de los juegos de rol.
Muchas gracias al amigo Fede, que me regaló estos cassettes hace años.
¡La ostia! ¡Los cassettes de White Wolf!
ResponderEliminarAcuérdate que nosotros además de cassettes usábamos los vinilos con las bandas sonoras. ¡Cuantas veces sonaron Alien, Rambo y Robocop? Me acuerdo de la estación orbital de biotecnia y sonando Alien ¡que acojone!
Existía la leyenda urbana-rolera de un casete para paranoia que solo tenía grabado el sonido de los dados cayendo sobre la mesa... para que el Amable Ordenador no tuviera ni que tirar dados antes de ignorar el resultado ...
ResponderEliminarYo he visto esas cintas.Arffff como molaban!!!Gracias,me has dado una idea!!!^^
ResponderEliminar