Ya hace unas semanas que está disponible la edición española de Apocalypse World de D.Vincent Baker y es imperdonable que no la haya comentado todavía, más aún si tenemos en cuenta que participé en el mecenazgo organizado por los amigos de conBarba.
De las dos ediiones disponibles, una en rústica y otra en cartoné, opté por la primera, a la que añadí las opciones de la carpeta con los trípticos y la libreta. La edición, como todos los productos de la editorial conBarba, ha sido muy cuidada, y eso se nota a simple vista. El aspecto gráfico es excelente. Las ilustraciones de Carlos Cara casan perfectamente con el ambiente postapocalíptico del juego. En cuanto a la traducción, se ha mantenido el tono chulesco del original, una tarea nada sencilla.
Lo que más me gusta de Apocalypse World es que, desde el primer momento, el autor deja bien claro que el centro del juego son los personajes. y, más en concreto, las relaciones entre los propios PJs y con la comunidad que les rodea. Y ello lo logra prescindiendo de describir el mundo de juego más allá de "todo se ha ido a la mierda hace décadas, así que apechugad y tirad para adelante" y unos arquetipos de personaje que podrían pertenecer a cualquier ambientación postapocalíptica. Desde el momento en el que alguien crea un personaje su relación con el resto del grupo queda definida. De hecho, dos personajes pueden no caerse nada simpáticos, pero la alternativa de confiar en alguien de fuera es sencillamente tan jodida que más vale cubrirse las espaldas los unos a los otros.
Una de las decisiones más drásticas que toma Baker y que quizás sorprenda a los jugadores más tradicionales es suprimir totalmente cualquier lista de habilidades. Para resolver cualquier situación los jugadores cuentan con los movimientos, que son las acciones que pueden realizar. Algunos son comunes a todos los personajes, otros dependen del arquetipo de personaje, pero siempre se aplica la misma regla: si vas a hacerlo, hazlo, y que sea con los dados. En definitiva: son las acciones de los jugadores las que desencadenan o modifican como si de se tratara de un efecto de bola de nieve todo cuanto les rodea. Dicho así suena más complicado de lo que en realidad es.
¿Estamos ante un producto para snobs narrativistas? Ni de lejos. Lo que hace el autor es simplemente marcar a los jugadores y al maestro de ceremonias (el árbitro). En lugar de recomendarles un poco de inmersión y de trabajo previo para disfrutar de las partidas como hacen la mayoría de juegos, Baker opta por pillarte por las pelotas y obligarte a currar a punta de pistola. Y eso no es nada malo, todo lo contrario. Superada la sorpresa inicial, es probable que los habituales de que se lo den todo mascadito empiecen a darse cuenta de que hay muchas formas de jugar a rol, y todas ellas son las correctas. Porque, a la hora de la verdad, el sistema de juego en sí no es nada complicado.
Y además es un jodido juego postapocalíptico.
Un diez para la gente de conBarba. ¡Ahora a esperar No te duermas y Spirit of the Century!
Es un juego excelente, y posiblemente algo a lo que la gente en España no esta acostumbrada. Todo el juego es un sandbox del que ir tirando para crear una campaña de juego entre todos, sin que tenga que ser el director quien siga un guión que aclare lo que pasa. Aquí son las acciones de los jugadores lo que indican lo que va ocurriendo.
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