Si tengo que juzgar por los regalos, este año he debido acabar en la lista de «gente que se ha portado muy bien». No tengo ninguna queja al respecto.
Chantal y Roger fueron se adelantaron al resto con El sueño de Cthulhu, el último juego de rol de Ricard Ibáñez. Cualquier juego de Ricard es imprescindible, pero, si lleva escrito «Cthulhu» en la portada, se convierte en palabras mayores. ¡Muchas gracias!
Mi clon malvado/gemelo gatuno International Khiladi decidió que no podía ser que faltase el tercer manual de Star Wars de Fantasy Flight Games en mi ludoteca. Ahora el círculo se ha completado y ya tengo La Fuerza y el destino en mi poder. ¡Muchas gracias, hermano!
Mi sobrina pequeña, que es toda una artista, hizo un dibujo de su gata Ágata, a quien International Khiladi y yo hemos hecho de canguros ocasionales desde que nació. Este es uno de esos regalos especiales que no se pueden comprar.
Mis dos sobrinas, junto a International Khiladi, me regalaron el manual de Mechwarrior: Destiny, la nueva edición de Mechwarrior, compatible con A Time of War. Abrir el libro y encontrarme con las fichas de los Unseen después de tantos años de faltar en el universo de BattleTech fue una sensación muy agradable. ¡Muchísimas gracias!
Y a vosotros, ¿qué regalos os ha traído el Gran Cthulhu por ser buenos cultistas?
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