Aunque hace un tiempo que estoy intentando ponerme al día de todo el material que tengo pendiente, todavía tengo una verdadera montaña entre películas, series y libros. Hoy he podido ver The Witch (estrenada en España como La bruja), película cuyo tráiler me llamó la atención en su día. Y me ha gustado un montón.
The Witch es la historia de una familia en la Nueva Inglaterra puritana del s. XVII, que ha sido expulsada de la plantación en la que vivía debido a diferencias religiosas con la congregación. Sin otro lugar al que poder ir, la familia se instala en el linde de un bosque lejos de la colonia puritana, donde construyen su granja. Pronto empezarán los problemas, con la desaparición del hijo menor al parecer a manos de un lobo. ¿O quizás algo más siniestro se oculta en el bosque?
The Witch es el primer largometraje del director y guionista norteamericano Robert Eggers. Como opera prima, es un trabajo impecable. Eggers ha hecho una cuidadosa reconstrucción de una época y un lugar en la que el temor a Dios dominaba la vida de las personas. Un temor en el que el dogma, la hipocresía social y el fanatismo religioso eran un arma de doble filo. El director ha sabido utilizar un presupuesto limitado (poco más de 3 millones de dólares) para realizar una película en la que la sensación de temor no se concentra en estallidos de casquería sino en planos fijos, iluminación natural, sonidos naturales y música inquietante, actuaciones excelentes y un control total sobre el ritmo de la narración. El resultado es un producto muy diferente a lo que el descafeinado cine de terror actual nos tiene acostumbrados.
La experiencia de Robert Eggers en el teatro como diseñador de producción y director se nota, así como el trabajo del director de fotografía Jarin Blaschke. La película está rodada con luz natural y luz de velas, lo que acentúa la oscuridad que reina en la granja y sus alrededores, que pasan de estar sacados de un cuadro de Rembrandt a parecer una de las Pinturas negras de Goya. A esto se le suma la banda sonora de Mark Korven, que unida al sonido del viento entre las ramas de los árboles logra mantener en un estado de continua tensión y paranoia al espectador.
La cabra, la cabra...
The Witch es una película de la que se pueden sacar buenas ideas para ambientar partidas, en especial de juegos como Aquelarre, Colonial Gothic, Perros en la Viña, Don't Walk In Winter Wood o El mundo salvaje de Solomon Kane, o para hacer un one shot de vuestro juego de rol de terror favorito. Si no la habéis visto, os recomiendo que la veáis en versión original, ya que el lenguaje mantiene un estilo arcaico que se pierde con el doblaje. Y si podéis verla a oscuras y con unos buenos auriculares o altavoces, mucho mejor.
Si queréis un producto que se aleje del terror facilón y que construya el miedo poco a poco, disfrutaréis con The Witch. Ahora queda esperar que Robert Eggers se ponga manos a la obra con su próximo proyecto: el remake de Nosferatu.
NOTA: He intentado que esta breve reseña estuviese libre de spoilers para los que no chafar nada a los que no hayan visto la película. Por favor, tened cuidado al comentar de no incluir ninguno, por pequeño que sea. Si creo que un comentario contiene un spoiler, no será publicado.
NOTA: He intentado que esta breve reseña estuviese libre de spoilers para los que no chafar nada a los que no hayan visto la película. Por favor, tened cuidado al comentar de no incluir ninguno, por pequeño que sea. Si creo que un comentario contiene un spoiler, no será publicado.
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