Uno de mis más preciados tesoros como rolero es la edición de Jeux Descartes de Maléfices. Durante los años 80 y hasta bien entrados los años 90, esta editorial fue una de las grandes en nuestro país vecino. Además de encargarse de la traducción al francés de clásicos (como La Llamada de Cthulhu, RuneQuest, Star Wars o James Bond), apostaba por juegos de producción propia. Y sin duda, la joya de la corona era Maléfices.
Comparativa de la caja con el Manual del Jugador de D&D 3.5.
Maléfices es un juego de terror ambientado en la Francia de 1870 a 1914, una época insólita de paz tras la Guerra Franco-Prusiana que se extiende hasta la Primera Guerra Mundial, pero que sin embargo es uno de los periodos donde conviven las contradicciones más absolutas. La Gran Depresión (1870-1895) primero y luego la bonanza de la Belle Époque (1895-1914) sirvieron para dividir más las clases sociales. En estos años conviven sorprendentes avances científicos con el retorno de la creencia en lo espiritual y el misticismo. Este terreno ofrece un campo abonado para que las fuerzas sobrenaturales campen por las calles de Francia.
A diferencia de otros juegos como La Llamada de Cthulhu, Chill o Kult, lo sobrenatural en Maléfices suele permanecer en la sombra, actuando mediante agentes. Aquí prima por encima de todo la tensión ambiental más que la amenaza de unos tentáculos que despedacen a les personajes.
El sistema de Maléfices es un sencillo porcentaje que se calcula según la dificultad, mediante una tabla (la table des paliers) que sirve para resolver todas las acciones. Las características reflejan lo que le personaje puede hacer en todo momento y se prescinde de un sistema de habilidades en pro de la fluidez del juego. Y lo consigue, ya que las tiradas son mínimas pero efectivas, lo que con convierte a la historia en el centro de la partida.
La sencilla hoja de personaje.
Uno de los elementos que dan ese toque decimonónico al juego es una baraja de Tarot confeccionada ex profeso para el juego, que le jugadore debe tirar durante la creación de le personaje. Esta baraja puede modificar las capacidades de le PJ e influir en su destino. Se deben extraer cinco cartas por personaje, de las cuales le jugadore sólo conoce cuatro. Su quinto Arcano lo conoce únicamente le Directore de Juego, una circunstancia que puede dar mucho de sí durante el desarrollo de una campaña.
La carta más temida por les jugadores.
La caja incluye la pantalla de juego, aunque dos terceras partes de la misma están dedicadas la creación de personajes, puesto que en Maléfices sólo se necesita la table des paliers para resolver todas las acciones.
La ambientación de la época ocupa más de la mitad del breve manual de juego. Pese a ser sucinto, este resumen histórico da buenas ideas para la preparación de las partidas y sirve de base para que investiguemos por nuestra cuenta en tan turbulento periodo de la historia francesa.
Lo sobrenatural, «real» o inventado, ocupa un lugar destacado en la ambientación.
Desde hace unos años, el juego lo autoeditan los propios autores mediante su propia compañía Éditions du Club Pythagore. En un gesto para les aficionades, la editorial permite descargar la primera edición del juego desde su página web de forma gratuita, algo que agradecer y que no es normal ni siquiera fuera de nuestras fronteras. El hecho de que se haya publicado una tercera edición demuestra que Maléfices sigue siendo uno de los juegos fuertes en el mercado francés.
Si queréis probar un juego de terror sencillo que hará las delicias de cualquier jugadore que disfrute con la buena ambientación, no lo dudéis: Maléfices es vuestro juego.
Si queréis probar un juego de terror sencillo que hará las delicias de cualquier jugadore que disfrute con la buena ambientación, no lo dudéis: Maléfices es vuestro juego.
Podéis descargaros el juego aquí, la pantalla del árbitro aquí, el Tarot aquí y la hoja de personaje y la de le Directore de Juego aquí.
NOTA (02/09/2021): He actualizado los enlaces. Podéis volver a descargar el material sin problemas.
Ya no está la descarga.. :'(
ResponderEliminarLlego ocho años tarde..
Tiene muy buena pinta.