No me gusta escribir artículos de opinión. Cuando lo hago es porque un tema importante ha llamado mi atención de una forma que no puedo ignorar. Por desgracia, suele ser una cagada de las gordas. En esta ocasión no se trata de un artículo, sino de una reseña en el canal de You Tube de Chema Pamundi titulada “VIDEOTOCHO 18: Nazis: ¿Hay pa tanto?”.
Antes de leer esta entrada, por favor, mirad la reseña. Sí, es larga (54 minutos y pico), pero preferiría que tuvierais todos los elementos antes de proceder con mi crítica. De todos modos, en esta entrada indico cada momento al que haga referencia para aquellos que no quieran tragarse el video completo.
Lo primero que nos encontramos es un título que apesta a clickbait. No contento con eso, el autor lo escribe con pasotismo, como si tirara la piedra y luego fuera él quien dijera que “no hay pa tanto”. Eso sí, la pedrada ya te la has llevado. Si leemos el texto descriptivo del video, la cosa no mejora.
Antes de leer esta entrada, por favor, mirad la reseña. Sí, es larga (54 minutos y pico), pero preferiría que tuvierais todos los elementos antes de proceder con mi crítica. De todos modos, en esta entrada indico cada momento al que haga referencia para aquellos que no quieran tragarse el video completo.
Lo primero que nos encontramos es un título que apesta a clickbait. No contento con eso, el autor lo escribe con pasotismo, como si tirara la piedra y luego fuera él quien dijera que “no hay pa tanto”. Eso sí, la pedrada ya te la has llevado. Si leemos el texto descriptivo del video, la cosa no mejora.
“¿Se pueden hacer juegos genuinamente divertidos sobre un tema siniestro? Pues parece ser que sí...” dice el autor. ¿Divertidos para quién? “Para los jugadores, por supuesto” me diréis. Sí, pero ¿desde qué punto de vista? ¿Y teniendo en cuenta qué? ¿Qué dices y cómo lo dices? Pero no adelantemos acontecimientos.
Permitidme una vez más mostrar los diversos (y muy graves) errores y contradicciones en los que cae un documento sobre el mundo de los juegos. A ver si, poco a poco, empezamos a pensar en que todo lo que hacemos tiene sus consecuencias y que cualquier juego, como todo trabajo creativo, es un reflejo del mundo tal y como lo ve el autor. Y lo que contamos y como lo contamos es una verdadera espada de Damocles.
Estimado señor Pamundi,
La última vez que le dirigí una entrada a alguien en particular, tuve que tratar con una persona ajena al mundo de los juegos. Este, obviamente, no es su caso. No necesito ver sus estanterías repletas para saber que usted ha consumido toda clase de juegos. Tendría que decir que me sorprende que alguien como usted haya cometido un error tan grave como banalizar el tema del nazismo, a sabiendas o no, con tal de crear un titular llamativo para uno de sus videos. Pero no debería. Después de todo no se trata más que de otra muestra más de puro y simple privilegio.
Sí, señor Pamundi. Privilegio. Lo quiera o no, usted y yo somos unos privilegiados por muchos motivos. En el tema que nos atañe no nos hemos visto afectados de forma directa o indirecta por las atrocidades cometidas por la Alemania nazi y eso nos da una posición desde la que podemos “permitirnos” el lujo de frivolizar y trivializar el tema. ¿No?
Pues no.
Su video no empieza precisamente bien que digamos. Con la sintonía de La clave nada menos, programa rancio donde los haya. Si buscaba un representante del privilegio no podría haber encontrado un ejemplo mejor. Todo esto viene acompañado de unos rótulos que imitan estar escritos en alemán con la tipografía propia de los años del nazismo, tras lo que nos deja caer su primera perla.
"¿Qué? ¿Cómo os habéis quedado? ¿He conseguido atraer vuestra atención, eh? Os he dejado con el culo torcido ahora. Quería hacer algo que fuera transgresor, que fuera provocador y era o bien hago un videotocho sobre nazis o bien hago un videotocho en pelotas. Todo el rato enseñando la chorra." (1:15)
Esto no pinta muy bien que digamos, señor Pamundi. De entrada, nada más reconocer que su intención es llamar la atención (por si no hubiera quedado claro con el título y el mal gusto de emplear la tipografía mencionada), se defiende de ello diciendo que quiere ser transgresor y provocador. La excusa de saltarse la corrección política, de ser edgy, de provocar, está muy trillada, señor Pamundi. Y muchas veces es una mentira peligrosa.
“Los juegos, por muy complejo y muy profundo y muy serio que sea el juego en cuestión, los juegos son actividades con las que nos divertimos. O sea, el hecho de jugar cartas, mover fichas, tirar dados es intrínsecamente divertido. Entonces, tenemos la sensación de que no es correcto, no está bien divertirse con según qué temáticas.” (2:53)
Indudablemente el objetivo del juego es divertirse, aunque no es el único (no olvidemos el componente social y el pedagógico). Ahora bien, ¿por qué cree que “tenemos la sensación de que no es correcto” hacerlo cuando se trata un tema como el nazismo o el Holocausto, señor Pamundi? Quizás la respuesta es bien sencilla.
Quizás es que no es correcto, señor Pamundi. Que no está bien.
Acto seguido (3:30) empieza a argumentar sobre cómo otros juegos tratan periodos históricos en los que se han cometido atrocidades (usted menciona Guillotine), que emplean la esclavitud como otro recurso del propio juego, o que incluso son cercanos en el tiempo (como los ambientados en la llamada Guerra contra el Terror de EEUU). El problema, señor Pamundi, es que su argumento está lejos de señalar la hipocresía de estas dos malas decisiones de diseño (o ya puestos, de tipo de juego). Porque sí, sí que son malas decisiones. Pésimas, diría yo. Lo son porque banalizan unos temas problemáticos, importantes y que no deben de ser trivializados nunca (el genocidio por causas políticas, sociales o religiosas por un lado, y el racismo, el colonialismo y la esclavitud por otra). Que encuentren tan poca oposición denota una preocupante normalización de los peores aspectos de la Historia humana. El señalar la hipocresía con un “pero mira estos lo que hacen” es un recurso muy utilizado y no para bien.
"Yo creo que el nazismo nos hace levantar una barrera moral inconscientemente que no establecemos con otros genocidios y otros actos de barbarie. Y es que en los nazis nos vemos reflejados hasta cierto punto. Son un reflejo chunguísimo de nosotros. Son nosotros en nuestra peor versión." (3:58)
Aquí se equivoca, señor Pamundi. Los nazis no nos hacen levantar ninguna barrera inconsciente. Solo aquellos que han empezado a asimilar su mensaje o que lo han trivializado (¿recuerda lo que le he dicho del privilegio?) y despojado de todo lo que le parece problemático, lo han ajustado hasta un nivel en que lo ven como “algo normal”. Graduar la barbarie es un disparate, se mire como se mire. Y lo de verse reflejados en los nazis porque son nuestra peor versión es un comentario sacado de una película barata y no especialmente buena. Usted argumenta el tema de la banalidad del mal, pero se equivoca en la interpretación. Hannah Arendt presenta en su ensayo Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal que Adolf Eichmann y muchos otros como él cometieron atrocidades sin tener remordimiento alguno ni que les impulsara un fanatismo, pero que sí que lo hicieron en busca de una promoción u otra ganancia personal (o incluso algo tan básico como la supervivencia dentro de un régimen totalitario). Sin embargo, la autora indica que eso no elimina ni su responsabilidad ni lo desliga del antisemitismo que Eichmann y compañía profesaban.
“Los wargames tienen una especie de agujero legal que no solo te permite llevar alemanes, llevar nazis, sino divertirte con ellos e incluso declararte fan.” (5:43)
¿Ve el peligro de normalizar las conductas, señor Pamundi? Los wargames modernos provienen del Kriegsspiel, un sistema empleado para la formación de oficiales militares en la Prusia imperial, perfeccionado posteriormente por Georg Leopold von Reiswitz y su hijo. Curioso que nazcan en una sociedad militarista, totalitaria y, para colmo, predecesora del nazismo, ¿no cree? El mundo de los wargames de “reconstrucción histórica” (que es a los que usted hace referencia) siempre ha estado capitalizado por un tipo muy particular de jugador. Léase: blanco, heterosexual y conservador que tira lo más posible hacia la derecha del espectro político. Hay excepciones, en especial fuera de EEUU, pero no las suficientes para desequilibrar este perfil. Y aunque no hay que descartar la presencia desde el primer momento de mujeres, así como la de personas con identidades sexuales no cisgénero, los problemas en este mundillo son los mismos que en el resto de la comunidad de juegos. Pero los wargames históricos lo empeoran más si cabe, ya que con la excusa de la recreación, tienden a hacer de imán para personas afines o bastante receptivas a un discurso discurso conservador, retrógrado y mucho peor. ¿Quiere decir esto que los jugadores de wargames son unos apologistas del nazismo? ¡En absoluto! Significa que la problemática existe y que ignorarla es ayudar a la normalización de estos comportamientos. Usted mismo parece darse cuenta de este problema.: “Los wargames no solo nos permiten divertirnos con los nazis sino que hasta cierto punto los han glorificado.” (6:41)
El ejemplo que pone con el juego Conflict of Heroes me parece acertado y muestra el peligro al que me vengo refiriendo, señor Pamundi. Tras esto, usted declara "Pintar de negro las unidades de las SS [...] es decir: ¡las SS molan!" (7:54)
¿Lo ve ahora? Usted mismo se da cuenta de que esto no es ni tiene que ser normal.
El problema, señor Pamundi, es que usted se contradice en sus argumentos. "Partiendo de la base de que hay cierta hipocresía con el tema de los wargames... O sea, está mal, estaría muy mal, estaría fatal hacer un juego temático sobre el ascenso del nazismo al poder durante los años 30. ¿Esto quién querría jugarlo? ¡De muy mal gusto! Pero, oye tú, un wargame sobre la campaña de Rusia en la que tú llevas al alemán y matas a 15 millones de civiles durante la guerra, esto ¿qué problema hay? ¡Tira p'alante! Ojo, yo no me quejo de que se haga el wargame de la campaña de Rusia. Me quejo de que no se haga el otro juego, que también me parece interesante." (8:09)
Y acto seguido suelta: “Quiero dejar claro que este videotocho no va a ser un ensayo sobre los límites morales de los juegos de mesa. Yo, lecciones de Historia no me siento capacitado para dar. Yo hago reseñas de juegos.” (9:09)
Los dos tipos de juego que señala (los que se hacen y los que no) son dos caras de la misma moneda, porque está igual de mal tanto los primeros como si se llegaran a hacer los segundos. Y usted no critica la existencia del wargame: le molesta que no haya una libertad total a la hora de hacer juegos.
Y eso sí que es hablar de los límites morales de los juegos.
Este problema es el mismo que afrontan otros géneros y otros medios. Por ejemplo, la comedia. Los defensores de una “libertad de expresión total y sin tabús” critican que hoy en día no pueden tratarse una serie de temas en la comedia sin que la gente se moleste y les señale con el dedo. Últimamente muchos de ellos ponen Los productores de Mel Brooks como ejemplo de que todo tiene que estar permitido. Este ejemplo me viene de anillo al dedo porque Los productores también trata el tema del nazismo como pocos medios lo han hecho.
Verá, el tema de los límites del humor (en realidad, los límites en cualquier trabajo creativo como bien puede ser un juego) existen, señor Pamundi. El humor, como cualquier expresión creativa, ha de tener unos límites, pero no son los que muchos creen. Estos límites existen porque tradicionalmente hay colectivos que han sido atacados, silenciados y perseguidos por el establishment, y el humor, el bien hecho, es el que se pone de parte de estos grupos contra los poderosos. Por ello, la sátira siempre ha sido considerada el enemigo del poderoso: porque da voz a quienes no la tienen o son silenciados. Lo que no es aceptable es ese humor chabacano sin sustancia alguna detrás que se limita a cebarse en el débil. Ese humor es el matón de clase que se ríe de quien es diferente, que busca imponerse sobre él. Es el aliado del establishment en la persecución. Es el humor fácil, el de trol de foro, que busca que te indignes por puro sadismo. Y no, eso no es humor negro. Gran Bretaña, por ejemplo, tiene una tradición enorme de humor negro que no sirve al establishment (Sí, Ministro, es un buen ejemplo). Mire el estilo de John Oliver, un cómico capaz de retorcer el humor, pero que siempre se usa a sí mismo como blanco de sus propias bromas en lugar de descargar su artillería verbal contra el primero que pase por allí. La defensa de ese humor chabacano, insultante y vacío suele ser "Es que os quejáis de todo". No, simplemente a día de hoy la tolerancia a los energúmenos es cada vez menor. Cuando alguien señala esta problemática, está diciendo que vuestra actitud es lamentable, y que la puerta está allí. Es el mismo caso de los que se quejan de censura porque no les dejan actuar como escoria y se pillan un berrinche porque no están acostumbrados a que les hagan callar. Así que antes de tirarse de los pelos porque alguien límites, hay que pensar un poco sobre si, en el fondo, un comportamiento no es digno de cretinos.
En realidad, no son límites al humor.
Son límites a la bajeza humana.
Hay un videoensayo excelente de Lindsay Ellis sobre Los productores, Mel Brooks y los límites del humor que aclara cualquier duda que pueda tener sobre este tema, señor Pamundi. Es directo, sin concesiones, ofrece un análisis del marco histórico y reflexiona la diferencia del tratamiento que da Brooks al nazismo del que podríamos dar usted o yo, por ejemplo. Este video también hace referencia al texto de Hannah Arendt (12:18), pero profundiza mucho más en otros temas como la farsa y los tabús (19:20), los peligros de la apropiación de una obra por quien defiende las ideas que se critican en ella (26:29), los límites de la comedia (34:39) y la responsabilidad del creador (38:09).
Y es perfectamente extrapolable a otros ámbitos creativos. Incluso al tema de los juegos.
En cuanto a que usted no quiere hacer un ensayo sobre los límites morales de los juegos, señor Pamundi, le ruego que me perdone por ser tan directo, pero me parece una hipocresía. Desde el momento en que se queja de la existencia de los wargames sin que haya otros juegos que exploren diversas facetas del nazismo, usted se está posicionando por demoler estos límites. Es más, no le preocupa el que existan dichos wargames salvo porque son los juegos mayoritarios que tratan este tema.
El blog Book Riot afirma en una entrada que Todos los libros son políticos. No es muy difícil compreder el motivo. Incluso los libros que quieren presumir de ser “neutrales” son políticos, ya que en su "neutralidad" lo que hacen es defender el mantenimiento del status quo. Y esto es un acto político. Lo mismo se aplica a toda la ficción y a cualquier obra nacida de un proceso creativo, así que puede decirse que todos los juegos son políticos. Si no me cree ¿a qué se debe la oleada de misoginia y transfobia que han producido iniciativas como el remake de Baldur's Gate o la búsqueda de diseñadoras de Green Ronin? ¿Y las campañas organizadas de persecución y amenazas a quienes piden mayor representación en los juegos?
Como bien sabe, los juegos son un elemento importante de nuestra cultura, señor Pamundi. Son un medio por el que acceder a un colectivo cada vez más numeroso, como lo son las redes sociales o You Tube mismo. Desligar el concepto de responsabilidad de los mismos porque “son solo juegos” es una falacia peligrosa. Como bien señala el ensayo de Lindsay Ellis, incluso obras cuyo mensaje es claramente contrario al nazismo son susceptibles de ser absorbidas por sus defensores, como es el caso de American History X o El club de la lucha. Y los mensajes normalizados son peligrosos porque extienden la mentira sin control alguno, señor Pamundi.
Casi al final de su reseña (51:30), usted dice que tiene un reproche sobre uno de los juegos que revisa: "Y es que hay una tabla en la que te dice según el momento en el que hayas ganado la partida [...] te dice cuántos millones de vidas has salvado respecto a lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial." Usted se ofende porque dice que convierte los millones de muertos de la contienda en "una puntuación estilo videojuego o estilo pinball", que le parece "una nota de mal gusto". ¿Por qué en este caso le parece de mal gusto? ¿Sus bromas con los discursos de Hitler o el uso de la tipografía del principio del video no le parecen de mal gusto? Tengo que aventurarme a la hora de interpretar la decisión del diseñador, pero diría que este elemento pretende precisamente recordarle que estos muertos existieron. Que aunque usted esté jugando a un juego, esta “reconstrucción histórica” tiene un lado que no puede dejarse de banda. Con ello se aleja de la banalización del tema. A lo mejor había otras maneras de tratarlo, cierto, pero no por ello puede quejarse. ¿O acaso su conciencia no está tranquila si se lo recuerdan? Porque, por desgracia, no todo el mundo recuerda o quiere recordar este conflicto. Y el olvido es el mejor aliado de las alimañas que todavía anidan entre nosotros.
Y prosigue: "Black Orchestra es una demostración de que cualquier temática puede tratarse en un juego de mesa, de que no tiene que haber temáticas tabú, porque lo que importa no es la temática sino como la trates". Mentira, señor Pamundi. Mire el video sobre Mel Brooks y verá que hay temáticas tabú y hay límites, en el humor y en todo, y que hay posiciones en las que una persona determinada puede tocar unos temas y otras personas no. Usted hace cherry picking y se limita a escoger los elementos que le interesan del periodo, a buscar lo que usted llama "nazis buenos", elementos que le hagan cómodo un tema que no debería serlo. Eso no es tratar el nazismo "desde el interior", señor Pamundi.
Es ponerse del lado de quienes usted mismo ha acusado antes de que “les molan las SS”.
¿Empieza a ver el problema, señor Pamundi? Espero que sí, y que reflexione al respecto.
Voy a hacer una inciso con varias menciones especiales de algunos de los comentarios del video.
La defensa de la “incorrección política” frente a la “censura” es algo que he comentado al hablar del humor. Ya he dicho antes que es un tema recurrente.
El comentarista nº1 dice que se ha sentido como Hitler, que ha sido un subidón, y saluda al autor de la forma “tradicional”. ¿En serio? Ah, no, que luego dirá que era una "broma malinterpretada". Pero ya he hablado antes del humor. Además, nunca "solo es una broma". No lo digo yo, lo dicen los expertos. A esto se le añade el hecho de que hay gente que ha interiorizado tanto el término “nazi” que lo aplican a todo. Esta clase de personas llama a las feministas “feminazis”, abyecto término que revela la verdadera ideología de quien la emplea (intentad usar esta palabra en este blog y os ganaréis un permaban). Otros achacan que los que quieren escribir con corrección son grammar nazis. Y así, poco a poco, se transforma el término.
En cuanto al comentarista nº2, su tono apesta a privilegio por todas partes. El privilegio de poder usar una simbología cuando le plazca. La prohibición en Alemania de toda la simbología nazi responde por una parte a su participación en los eventos de la Segunda Guerra Mundial y por otra en evitar cualquier posible glorificación posterior de los seguidores del nazismo. Esta prohibición no se extiende al material educativo, aunque es necesario poseer un perfil concreto antes de poder solicitar un permiso especial (una formación académica rigurosa, por ejemplo). Que Alemania practique una política de tolerancia cero me parece loable, además de ser algo tristemente muy necesario. Y sin embargo, este comentarista se atreve a decir que sin esa prohibición existiría un mercado mucho mayor (“[...] haz tú los números” dice) y, mucho peor que eso, que los juegos de nazis y los jardines de flores son elementos al mismo nivel. ¿En serio? ¿Tan poca empatía mostráis que no os paráis ni cinco segundos a revisar lo que escribís?
No hay una "especie" de resurgimiento. Siempre han estado ahí, solo que ahora no se esconden. Por cierto, las temáticas que invitan al debate son buenas. Pedir que se elimine este debate es mantener el status quo. Sin embargo, aquí el autor del comentario se equivoca. No hay que permitir ningún debate con los defensores del nazismo debate porque lo que estos buscan es todo lo contrario a lo que la democracia, la pluralidad y la tolerancia defiende. No valen afirmaciones del tipo “no estaré de acuerdo nunca pero moriré por que puedas decirlo” porque esta chusma no va a hacer lo mismo. Imagino que lo que quiere decir es algo parecido a “dadme nazis, que molan, pero no me habléis del Holocausto."
El célebre experimento de Milgram ha estado rodeado de controversia, y no solo por la falta de ética en el empleo de sujetos. Sus resultados y los datos obtenidos han sido cuestionados varias veces y no todo el mundo le da la misma validez.
Para cerrar, le dejo una reflexión. Lo que quiero decir con todo este “tocho”, señor Pamundi, es que como comunicador usted tiene que tener más cuidado. Sus argumentos son flojos. Su título es un cebo vulgar que busca despertar la polémica. Su razonamiento es contradictorio. ¿Y todo para qué? Podría haber hecho las reseñas de los tres juegos perfectamente en un video titulado “Juegos ambientados en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial”. Un video en el que usted no se quejara de que mientros los wargameros juegan con nazis a usted no le dejan. ¿Sabe quién diseñaba, distribuía y jugaba a multitud de juegos de tablero sobre nazis que no tenían tabú alguno?
Los nazis, señor Pamundi. Los malditos nazis.
Los nazis, señor Pamundi. Los malditos nazis.
Estoy seguro de que usted NO es un nazi, señor Pamundi. Ni siquiera creo que sea afín a sus ideas. Tampoco creo que el grueso de la comunidad de jugadores de wargames históricos sean nazis. Pero me parece que usted se ha dejado llevar al querer dar una imagen de “provocador”, una especie de enfant terrible de los vloggers de juegos, pero no se ha dado cuenta de su posición de privilegio. Y al hacerlo, usted transmite una falta de empatía que contribuye a banalizar y normalizar el horror del nazismo, señor Pamundi.
Mi intención no es ridiculizarle, ni mucho menos, ni generar una flame war, ni nada parecido. Solo quiero que se pare a pensar un momento. Que reflexione sobre el tema. Que recapacite y que admita que quizás puede haberse equivocado. No pasa nada por disfrutar con juegos con una temática problemática como serían los wargames históricos. El peligro es eliminar todo rastro de elementos que hagan mención de esta problemática y negar que esta problemática existe.
A la pregunta inicial “Nazis: ¿Hay pa tanto?” le diré que sí. Hay para tanto y para mucho más. A sobre si “¿Se pueden hacer juegos genuinamente divertidos sobre un tema siniestro?” le diré que también que sí, que es posible. Mire el caso de Paranoia, un juego desternillante de humor absurdo que, en el fondo, es una feroz crítica a los sistemas autoritarios. Pero el nazismo no se presta a ello, no con la demolición de barreras morales que usted pide. Porque eso es lo que hace, lo quiera admitir o no, señor Pamundi. ¿Una partida de Comandos de Guerra o de Achtung! Cthulhu contra nazis? Perfecto. ¿Una en la que los jugadores representan “nazis buenos” como los llama usted? No.
El nazismo es un tema complejo (o más bien su análisis lo es) pero la cuestión de fondo es sencilla: el nazismo es el Mal en mayúsculas. Y, como ya le he dicho antes, el peligro de la apropiación para su glorificación está ahí. Por eso no se puede trivializar con un “¿Hay pa tanto?”, señor Pamundi.
El nazismo es un tema complejo (o más bien su análisis lo es) pero la cuestión de fondo es sencilla: el nazismo es el Mal en mayúsculas. Y, como ya le he dicho antes, el peligro de la apropiación para su glorificación está ahí. Por eso no se puede trivializar con un “¿Hay pa tanto?”, señor Pamundi.
Porque sí lo hay. Porque soplan vientos demasiado familiares y lo último que necesitamos es abonar el campo y despejarle el camino a todos aquellos que desean imponer de nuevo su reinado de terror, odio y muerte. Ante esta amenaza, solo cabe una respuesta, señor Pamundi.
Estoy seguro de que lo comprenderá.
Un saludo.
ADVERTENCIA: No voy a tolerar insultos, apología de ninguna clase, demagogia ni flame wars. Tampoco voy a permitir el empleo de tone argument ni de ninguna otra táctica de distracción. Lo digo en serio. Pensad dos veces antes de dejar un comentario, porque tengo el banhammer a mano y no dudaré en utilizarlo. Y haced el favor de leeros el texto completo (y si es posible toda la información enlazada) antes de acusarme de cosas como instigar una campaña contra los wargames, algo que no es este texto.
No conocía ésta movida...
ResponderEliminarSólo una pregunta, el tal Chema Pamundi de éste vídeo es el mismo Chema Pamundi que traduce actualmente al castellano aka spanglish para GW??
Ya me parecería casualidad que fuesen dos personas distintas con el mismo nick
Es la misma persona. De todos modos, lo de la traducción creo que vienen impuesto por la central de GW en Gran Bretaña.
EliminarGracias por la aclaración, es que me parecía un dato curioso
EliminarSi, pero las faltas de ortografía y de contexto no creo que se las imponga nadie, salvo su dejadez.
EliminarNo se si quiere ir de gracioso, si quiere ir de flamer o le importa un pimiento lo que se diga de él. Pero con cosas así solo demuestra que lo que no tiene es cabeza.
ResponderEliminarUna cosa es la sátira (Monty Python tenía un sketch buenísimo con nazis) y otra es decir la primera parida que te venga a la cabeza. Si no sabe diferenciar entre ambas entonces es que algo no funciona.
Hay gente que, con tal de llamar la atención y ganar visitas, dice y hace las cosas mas atroces. El Sr. Pamundi ya ha creado algunas polémicas en el pasado o las atizado, no se si por diversión o con algún interés, así que a mi esto no me pilla de primeras.
ResponderEliminarHombre, hay que reconocerle el "merito" de que lo van diciendo por delante: Quiero llamar la atención. Pero personalmente, le hubiera ido mejor haciendo el vídeo en pelotas.
Se que no exactamente lo mismo, pero yo no juego a wargames o juegos históricos sobre todo de la segunda guerra mundial y demás, porque he conocido y hablado con veteranos de ambos bandos, de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial (Veteranos de la División Azul y gente que estuvo en la resistencia francesa, españoles y franceses) y al jugar a juegos como FoW o un PZ (vídeojuego) siento que estoy tomandome a la ligera y de forma irrespetuosa lo que ellos vieron y sufrieron. Aquí en Islandia he conocido gente de los campos de concentración porque hay muchos polacos. No se, no tengo la misma actitud jugado a Warhammer que un wargame histórico, aunque sea DBA. Me siento mal.
La gente lo puede enfocar de otra forma y no digo que los wargames históricos sean malos (Mi hermano mayor es entusiasta de los wargames históricos, como el Word in Flames), pero mis experiencias personales me hacen dejarlos de lado, por respeto y por aprensión personal.
Creo que el Sr Pamundi debería empezar a replantearse ciertas cosas y dejar hacer otras.
Muy buena entrada, compañero.
Esa es la idea, amigo. Que no se pierda de vista que este transfondo histórico está aquí mismo. Que hay que tener dos dedos de frente y sentir empatía hacia el sufrimiento ajeno.
EliminarBueno, tras haber visto primero el vídeo y luego haber leído este artículo, sinceramente no veo por dónde va tu razonamiento, y a Chema se le podrá acusar de muchas otras cosas, pero de clickbait, cuando le ven 4 frikis de los juegos de mesa, yo creo que no.
ResponderEliminarSi existen juegos de mesa sobre temáticas controvertidas, desde la esclavitud a los trenes que transportaban a judios en el Holocausto, que lo tocan explicitamente (véase https://www.ted.com/speakers/brenda_brathwaite) y otros que, precisamente como explica Chema en el vídeo, tratan el tema de forma banal, como Puerto Rico o Mombasa, porque uno se siente incómodo con el tema y puede no llegar a divertirse, uno de los aspectos que todo juego debería cumplir.
Como se dice en el vídeo, el problema no es el tema en si, sino el respeto y la visión didáctica o instructiva que se le da al tema del mismo. Hay juegos de mesa en los que se incluyen esclavos de forma tangencial y la gente en EEUU que se ofende, porque ya que se mencionan, deberían tratarse con la importancia que la sociedad da al tema, y no como una simple ficha.
Yo entiendo que nadie quiera, pueda o sea capaz de hacer juegos de mesa sobre ciertos temas, porque tendrían que ser más instructivos que divertidos, tendrían que agitar conciencias, y eso, en un hobby en el que eminentemente se busca la diversión, pues no es divertido.
Yo suelo jugar a wargames de la Guerra Civil Española porque en muchos casos me enseñan cosas que no conozco, de maneras afines a mi personalidad. Esto no significa que banalice el conflicto, sino que es una de las formas que tengo de acercarme al mismo. Evidentemente alguien que lo haya vivido, probablemente no tendrá ganas de jugarlo, porque hará aflorar recuerdos, pero en muchos de esos juegos se trata el conflicto desde el punto de vista histórico lo más riguroso posible.
Lo siento, pero ahí te equivocas. El propio autor reconoce en el video que su intención es precisamente llamar la atención (" ¿He conseguido atraer vuestra atención, eh? "). Aunque no lo dijera, no puedes usar semejante título sin intención de obligar al lector del mismo a que vea quién ha sido capaz de decir semejante barbaridad.
EliminarEl tema no es la rigurosidad histórica. Tampoco me parece mal el hecho que te guste jugar a wargames. Pero tiene que haber una reflexión sobre el contexto histórico (como bien señala Luis en su comentario). Chema se queja de que no hay juegos de nazis que no sean wargames, pero cuando estos le recuerdan la barbarie (véase su "reproche"), ya no le hacen tanta gracia porque le estropean el juego. Lee los artículos enlazados, mira el video de Lindsay Ellis y reflexiona al respecto.
A lo mejor entonces dejan de hacer gracia las "bromas" del señor Pamundi.
Creo que te excedes en la critica.
ResponderEliminarJugar a ser el Demonio se ha jugado toda la vida. Decir que ser malo y portarse mal es divertido y la forma mas fácil de hacer las cosas forma parte de la educación y de los juegos. (Ser el ladrón, ser el asesino...)
Pocos juegos veras, históricamente, que no reflejen esa constante lucha entre el bien y el mal.
Jugar a ser el malo no es malo, reírse y disfrutar mientras lo haces tampoco.
Cierto es que hay maldades que pueden dañar la sensibilidad de la gente, y ser consciente de ellos forma parte de otro campo social, que es la educación. Si tu educación es suficiente podrás jugar a ser la peor persona del mundo sin por ello poner en riesgo tu integridad moral.
El claro ejemplo es el humor británico que mostraron algunos por twitter ante los últimos atentados y la exagerada respuesta criticando la falta de sensibilidad. Señores, el humor es una forma mas de expresar tu descontento y tu critica a una situación injusta y fuera de tu control. Y a muchos nos calma y nos motiva mil veces mas que el llanto y rasgadura de ropas que otros necesitan igualmente.
¿Me excedo en la crítica por señalar un problema? Me excedería si clamara al cielo y exigiera la retirada de todos los juegos donde apareciera la palabra "nazi", por ejemplo. Está claro que no te has leído nada del material enlazado (y mira que os he dicho que, por favor, lo hiciérais antes de decir nada). No va de "reírse al ser el malo" como tú dices.
Eliminar"Jugar a ser el Demonio se ha jugado toda la vida" es una excusa pobre porque el que algo se haya hecho durante mucho tiempo no lo convierte en una actitud ni positiva ni la blinda ante la crítica. Más bien lo contrario. Tampoco es un tema de la sensibilidad de la gente. Estamos hablando de la normalización de conceptos como el nazismo. Y puesto que hablas del humor, te has debido saltar tanto el video sobre el humor como mis párrafos al respecto.
Esto no es una "rasgadura de ropas". Es una respuesta razonada y bien documentada para que entendáis lo que es el privilegio y los peligros de la normalización. Un privilegio que parece que te permite decir "puedo jugar a lo que me dé la gana, porque me da la gana y como me da la gana. Y de paso reirme". Cierto, no puedo ni voy a evitarlo. Pero no dejaré de señalar esa actitud porque me parece arrogante, peligrosa y rancia.
Creo que ves normalización donde no la hay.
EliminarJugar o ironizar no es normalizar.
Se puede usar el juego para normalizar, para educar, para sensibilizar. Y la ironía o el humor puede no llegar como tal al receptor y por tanto dar mensajes confusos u opuestos.
Pero no es el juego o el humor el que hace ese trabajo, sino las personas que lo emplean.
Las armas no matan, me dirás ahora. Y razón tienes, pero como todo la educación es el instrumento que regula lo que normalizamos o no.
Y cierto, no me he leído o visto absolutamente todos los enlaces. (quedo pendiente de responderte cuando realmente haya visto y oído absolutamente todo)
Claro que las armas matan. La normalización no es un proceso de "hago esto y a partir de ahora la cosa funciona así". Es una suma de factores que, poco a poco, permiten que ciertas ideas se acepten como algo normal. Esas ideas pueden ser positivas o negativas: https://en.wikipedia.org/wiki/Normalization_(sociology)
EliminarIdeas como "los nazis molan". Jugar con personajes nazis no va a hacer que de la noche a la mañana seas nazi. Pero un bombardeo frecuente de ideas afines da como lugar el surgimientos de actitudes y movimientos peligrosos.
Yo he criticado una serie de cosas en el video:
-El título por puro clickbait.
-La contradicción de los argumentos ("no quiero examinar los límites morales pero...").
-El hecho de trivializar el nazismo en el contexto general del video, en especial por el tono y los recuersos empleados.
Fíjate que no critico el análisis de los juegos, la existencia de los mismos ni a la gente que los juega. Nadie es perfecto (yo el primero, que conste). Incluso he comentado alguna manera en la que esto podría haberse evitado (aunque a lo mejor también me equivoco).
Lo que no es normal es que alguien salte en los comentarios "Me he sentido como Hitler. Heil Pamundi". Eso es normalización y privilegio, el creer que es una respuesta "normal" ante la temática, incluso "graciosa". Pues no. El ensayo de Lindsay Ellis sobre Mel Brooks lo deja muy claro.
No quiero ofender ni insultar. No busco atraer visitas, ya que escribo sobre lo que me apetece y el tema de los juegos de tablero por desgracia apenas lo toco (hay otros blogs y vlogs mucho mejores que el mío al respecto). Lo único que espero es que la gente no vea normal el ver una ficha negra de SS (como bien dice el video) y se emocione. Porque parecerá un grano de arena, pero con los suficientes se hace una playa.
Un saludo :)
No suelo comentar "críticas de criticas", me parece absurdo, ya que todos tenemos opiniones, pero en este caso, tengo de señalar dos cosas:
ResponderEliminar- La primera es que me parece que quiere dar carnets de "lo moralmente correcto" y no creo que el debate sea este, porque lo que tiene el video de Chema es plantear una polémica y no cerrarla. Y en este artículo se dan carnets.
- Lo segundo, que me parecen totalmente gratuitas estas afirmaciones: "El mundo de los wargames de “reconstrucción histórica” (que es a los que usted hace referencia) siempre ha estado capitalizado por un tipo muy particular de jugador. Léase: blanco, heterosexual y conservador que tira lo más posible hacia la derecha del espectro político."
"Pero los wargames históricos lo empeoran más si cabe, ya que con la excusa de la recreación, tienden a hacer de imán para personas afines o bastante receptivas a un discurso discurso conservador, retrógrado y mucho peor. ¿Quiere decir esto que los jugadores de wargames son unos apologistas del nazismo? ¡En absoluto! Significa que la problemática existe y que ignorarla es ayudar a la normalización de estos comportamientos."
Vamos que acaba de etiquetar y dar el carnet a todo un colectivo, diciendo que "no somos normalitos"... en cambio matar seres fantasticos y apologia de la violencia en universos fantásticos si es correcto y hasta debe ser sano porque es politicamente correcto...
Además acusar de clickbait a estos videos, es no entender ni la filosofia de Chema, ni la manera de enteder sus críticas, pero eso hasta cierto punto es perdonable por desconocimiento.
En fin, la crítica de la crítica pase, pero el ataque a la simulación histórica me parece gratuito, sugiriendo que el wargame como lo conocemos viene de esos "militaristas alemanes", no se si sabe que los juegos de rol nacieron de los wargames. ¿quizas tambien son "la semilla del diablo" del nazismo, o no Sr Morgan Blackhand?.... igual hay que prohibir la violencia en los juegos de rol porque se banaliza, ¿o no?
Yo no reparto carnets, señor acv. Si hubiera dicho algo como "Los wargames se han de prohibir, pero los juegos de tablero no" entonces sí que se me podría acusar de ello.
EliminarLo del jugador modelo de wargame no lo digo yo. Un par de hilos al respecto:
https://boardgamegeek.com/thread/1046536/women-wargaming
https://boardgamegeek.com/thread/492832/wargames-and-fairer-sex
No quiere decir que no haya mujeres que jueguen. Y además, fíjese usted que yo me refiero a los wargames históricos, no a los fantásticos tipo Warhammer. No se haga usted el ofendido y ponga en mi boca afirmaciones como que "no somos normalitos" (palabras suyas, no mías) para montar una defensa.
Aquí no estamos discutiendo sobre la violencia, señor acv. Está claro que ha pasado olímpicamente de leer el texto más que por encima, o se habría dado cuenta de que está intentando un burdo uso de whataboutism para desdibujar y redirigir la discusión. Hablo de ello en el texto pero, como se ha saltado el enlace, se lo pongo aquí para que lo lea: https://en.wikipedia.org/wiki/Whataboutism
Sé muy bien el origien de los juegos de rol, señor acv. Ahora bien, si cree que va a provocar mi ira, va muy errado. En cuanto a lo de prohibir, vuelva a leer el artículo, señor mío, y verá qué digo al respecto.
No hay nada malo en que le gusten los wargames, señor acv. Lo triste es ver como ha cogido una pataleta porque alguien se ha limitado a señalar un aspecto problemático de los mismos.
Que tenga usted un buen día :)
Una cosa sobre los comentarios. Esto no es la plaza pública. Podéis decir lo que os venga en gana. Que yo lo apruebe para que aparezca es otra cosa (como bien indico en la advertencia). Mi casa, mis reglas. Y al que le moleste, ¡aire, que chispea! Montad un blog y me ponéis a parir si queréis. Eso sí, hacedlo bien, porque a lo mejor luego os desmontan la crítica. Sobre esto también hay un enlace (perdido en el texto, se ve, porque no lo encontráis): https://xkcd.com/1357/
ResponderEliminarEn cuanto al Señor "Que-Me-Borras-El-Comentario": No crea usted que no me he percatado de que su avatar es un fondo rojo, un círculo blanco y una silueta en negro. Curioso, ¿no? ¿Casualidad? Lo dudo. Imagino que cree que es muy edgy, que llama la atención, que es "provocador". Pues sí que provoca, señor mío.
Provoca que le den con la puerta en las narices y que le cierren el micro.
jajaja pero si ese no soy yo, mi avatar es del gato de la CNT, soy anarquista antifacista y aparte me gusta mucho tu blog (y los juegos de rol), lo consulto a diario.
EliminarSaludos y deberías hacer mas criticas pero ahora sobre los juegos de rol que banalizan temas complejos. En mi caso soy de Colombia y una vez en DriveThruRPG encontre un juego llamado "ColombiaD20" donde se banaliza el conflicto armado.
Ves, acabo de meter la pata. Y no me importa reconocerlo, porque todos nos equivocamos. Mis disculpas, amigo :)
EliminarHombre, Joan, juegos de rol que hace banalizaciones estupidas hay, pero bastante menos ya que desde todo el tema del pánico satánico en EEUU, por ejemplo tienden no solo a cortarse mucho, mensajes"preventivos" e incluso a la auto-censura, si no incluso a arrinconar a los que se salen de madre. El que tu comentas, que de ser a sí me parece muy lamentable, podría entrar en eso que consideramos "una excepción que confirma la regla". Es de alguna editorial o creado por algún aficionado o grupo? Me voy a informar un poco, quien sabe igual hago una entrada y todo.Tengo familia y amigos allá.
EliminarSoy wargamero y jugador de rol, ademas de gustarme los juegos de tablero y otras muchas cosas y por experiencia propia creo que se tiende mas a la banalización en unos sectores que en otros debido a los palos y malos tragos que han sufrido o no sufrido.
Que espectaculo mas lamentable dan algunos. Leer en oblicuo no ayuda a nada y sacar interpretaciones de donde no se pueden sacar es contraproducente. Creo que poca gente suele razonar y exponer de forma tan correcta como hace el autor de este blog, y tal vez soy un poco ingenuo pero un lectura en profundidad igual haría que alguno se replantease lo que ha colgado.
ResponderEliminarPero como soy un ingenuo...
Estimado Morgan,
ResponderEliminarLlevo un tiempo leyendo tu blog pero sin comentar. Pensé en escribirte este mismo texto a alguna dirección de mail ya que soy poco dado a los comments.
Como veterano jugador/director de rol y fan de Cyberpunk 2020 era cuestión de tiempo acabar aquí, vaya :)
De modo que en primer lugar enhorabuena por mantener un espacio sobre rol donde además de reseñas y noticias comentas cosas como ésta o la polémica de Nosolorol.
Muy interesante este último artículo de opinión. Yo mismo he llevado a alemanes en wargames como Combat Commander, Storm over Stalingrad y Memoir 44 y es fácil dejarse seducir por sus unidades de élite, patrones de camuflaje y uniformes y tiempo después caer en lo frívolo del asunto. No, no es lo mismo llevar a la Wehrmacht que llevar al Imperio Galáctico de Star Wars. Es un tema con muchas ramificaciones el del resurgimiento del nazismo/fascismo, creo que en mayor o menor medida consecuencia de un proceso de infantilización de la sociedad y reducción de la persona a un ser egoísta, caprichoso y muy desinformado. Por si te interesa:
https://benegasyblanco.com/2017/02/28/la-imparable-infantilizacion-de-occidente/
Lo dicho, enhorabuena por el blog y ánimo para mantenerlo con entradas tan interesantes.
Un cordial saludo.
Jose.
Lo mejor de todo es que parece que yo haya montado una cruzada personal para prohibir ciertos juegos o que diga que la gente no puede disfrutar de ellos, cuando lo único que digo es que hay que tener un poco más de empatía y pensar mejor lo que se dice y cómo se dice, que todo importa.
EliminarGracias por el artículo. Lo pongo en la lista de lectura :)