Por si no había quedado suficientemente claro el año pasado el tipo de personaje que era James Raggi con su lamentable y repulsiva declaración tras las denuncias contra ZS, el editor y dueño de Lamentations of the Flame Princess ha vuelto a recordarnos su contextura moral.
En una entrada publicada el día 16 en su cuenta de Facebook, Raggi vuelve a lloriquear sobre la pérdida de «un proyecto importante» por volver a admitir a ZS en su grupo de Facebook. Como no, sale en defensa de su enfant terrible diciendo que se le ha tratado como si fuera un «leproso», para seguidamente prohibir toda discusión sobre «los problemas legales» de ZS y amenazar a les participantes con la expulsión, diciendo que el moderador tiene permiso para «nukear» a cualquiera.
No sé en qué mundo vive Raggi, pero lo que está claro es que está desesperado. Ha perdido la capacidad de publicar a su niño bonito, ha intentado defender lo indefendible, le han cerrado las puertas al enseñar sus verdaderos colores, sus propies autores le han abandonado y renegado de él... Y la única respuesta que ha tenido siempre es «Están todes contra mí».
No, colega. Has cultivado un pantano del que solo emana toxicidad. ¡¿Qué te esperabas?! Te has buscado tú solo la situación en la que estás y te lo mereces.
ADVERTENCIA. Ya lo he dicho en otras ocasiones: aquí no hay lugar para les apologistas y defensores de este par de individuos. Esto no es un debate. Los comentarios maleducados, los que exijan pruebas, el tone policing, las incitaciones a flame wars, el whataboutism y demás trucos para desviar la atención serán ignorados.
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